jueves, 10 de mayo de 2018

El abandono escolar temprano como objetivo de los programas de reformas estructurales de la Unión Europea


Dentro del ámbito de la educación, el abandono escolar temprano es una de las principales preocupaciones. Cuyo objetivo de reducción no es exclusivo de las políticas educativas de España, sino que tiene su origen en las más importantes e influyentes organizaciones institucionales a nivel internacional, como la UNESCO, la OCDE y la Unión Europea, que han situado la reducción de este problema como una estrategia clave para frenar la exclusión social y evitar, así, la lógica pérdida de eficiencia de la inversión educativa.
Tanto es así que la Comisión Europea ha incluido el indicador de abandono escolar temprano en sus programas de reformas estructurales, con el objetivo de que éste se vea reducido por debajo del 10% en el año 2020. Esto se debe a la concepción compartida de que el abandono escolar temprano supone un problema que condiciona la formación de capital humano y su repercusión en la economía y que, por tanto, tiene unos costes en términos de competitividad, al considerar que la posición estratégica de la economía de la Unión Europea debe basarse en priorizar el conocimiento como fuente principal de crecimiento económico.
Desde hace años, España presenta unos datos alarmantes, con unas tasas de abandono escolar temprano que doblan la media europea de forma persistente. El caso español es de especial singularidad, puesto que presenta unas amplias diferencias regionales. En este sentido, cuenta con comunidades autónomas como País Vasco y Navarra, con niveles en torno a la media europea; mientras que varias comunidades de la mitad sur han presentado históricamente niveles superiores al 30% - 35%.



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